Noctábulos

La noche se disuelve suavemente, pero el río no deja de correr, parece infinito.
Me aconsejaron que me duerma para darle fin, pero no funciona. Simplemente parece ocultarse para volver a aparecer. Cuando chico me dijeron algo parecido de los Reyes Magos, la noche que me quedé despierto no aparecieron, el regalo sí, pero ellos no. Nunca volvieron a aparecer.
Por eso me quedé despierto para ver cuando moría la noche o dónde se escondía o si acaso directamente era una gran mentira. Mentira que se va el sol, mentira que es todo más tranquilo, mentira que protege a los amantes y a los malos de la película. Mentira que tiene su propia música y que te hace salir a buscar alguna sombra con gorro verde o alguna sobra de la cena de Lecter. Mentira cada cosa que te hace sentir la noche. Mentira o verdad. Eso es lo que estaba por verse.
Los minutos corrían y nada cambiaba. La noche callaba como disimulando. Las horas pasaban y nada cambiaba, nada cambiaba; el río seguía corriendo igual. Todo seguía igual. Luego comenzó a amanecer y finalmente el sol volvió a iluminar todo, o casi todo. Allí estaba la verdad. Había salido el sol pero la noche permanecía. De día la noche se ocultaba, dentro de mí.