Arte Intermedio

. SEASON II

miércoles, agosto 31, 2005

Del cristal con que se mire

Ella - Esto no es lo que parece, todo depende del color del cristal con que se mire querido?
El - No digas estupideces perra! Que como tal tu visión debe ser monocromática y al imbécil este de amante tuyo le voy a dejar los ojos tan hinchados que no va a tener con que mirar. Encima me estuvieron usando los aromatizados de frutilla!
Elotro - O sea que lo que en realidad te molesta es que te usáramos los forros!
El - No, lo que me molesta es que se salga con la suya.
Elotro - No se preocupe que más que salirme con la mía me interesaba entrar con la suya.
El - Por lo que intuyo debe haber entrado en la mía pero con la suya y no con la mía.
Elotro - Bueno sería! Andar pidiendo prestado con todo lo que tengo para depositar.
Ella - Bueno, bueno! Aflojando que no soy una alcancía.
El - Seguro que no. Acá el único que se rompe y al que le sacan plata soy yo.
Elotro - No creas eh! Mirá que el último lifting se lo pagué yo, los ultimos tres meses de cama solar, toda la ropita interior nueva y las semanas que vos volvés a cualquier hora imprevista el que paga el telo soy yo.
El - Un tanat roble que apareció la semana pasada? lo compráste vos?
Elotro - Efectivamente.
El - Excelente elección, muy buena cosecha la de ese año.
Ella - Perdón... podrían continuar peleándose por mí?
El - Vos siempre interrumpiendo!
Elotro - Creo que el que interrumpió hoy fue usted.
El - Quiere decir que no habían concluído?
Elotro - Te pensaste que me traje otra botella y la tengo encondida debajo de la sábana?
Ella - Pasa que le cuesta asociar esas dimensiones con esa parte del cuerpo.
El - Y a vos te cuesta asociar que el que paga tus cuentas soy yo.
Elotro - Perdón, pero hay cuentas de Ella que también pago yo.
Ella - Qué pasa? Tan conectada tienen la virilidad a su poder económico?
El - Lamentablemente parece que sí.
Elotro - ...
Ella - Bueno, bueno! Que está pasando? El tanat viene en petaquita ahora?
Elotro - ...
El - Callate y tomatelá!
Ella - Eso quisiera pero no me dá ni para una catadita de supermercado.
Elotro - Tiene razón, mejor nos vamos.
El - No, espere. Usted quédese. Tenemos que hablar. Creo que a pesar de todo tenemos mas en común de lo esperado.
Elotro - Efectivamente.
El - Y creo que hemos aprendido una lección importante. Que no debemos permitir que una mujer manipule nuestras vidas. Y que a pesar de habernos equivocado, somos capaces de superarnos.
Elotro - Estás en lo cierto. Dejame que me vista y te invito un vino.
Ella - Bueno, bueno. Entonces que hago yo?
El - Y qué vas a hacer? Vestite de una vez, ponete el uniforme de mucama rápido y peinate que mi mujer llega en cualquier momento.
Elotro- Disculpe. Me presta el teléfono que tengo que ver hasta que hora le puedo ir a pagar la tarjeta a la mía.
El - Como no! Pase al living. Pero sáquese los zapatos primero que a mi señora no le gusta que le pisen el parquet recién encerado.

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El Arte según el Maestro Zen

"Hoy comprenderás lo que es el arte" dijo el maestro Zen y diose media vuelta saliendo de mi habitación en clara señal de que lo siguiese. En realidad la señal no era tan clara, pero en la semana que llevaba en el templo ya había asimilado la mecánica: arrancar el día con una frase pseudo-profunda pero poco explicativa que daba paso a los ejercicios físicos y mentales dirigidos por el maetro que finalmente daban sentido a aquella frase primera.
El nombre completo del maestro Zen era Zentochi, pero prefería que lo llamásemos Zen, principalmente para evitar deformaciones jocosas de su nombre y la consecuente mala fama. Si bien la religión le exigía votos de castidad, Zen sostenía que las elecciones eran cada cinco años y que prefería mantenerse alejado de toda actividad cívica en el interín.
"Apuremos el paso Pequeño Saltamontes que deseo llegar al Baghd-Bhe-Kyu lo antes posible" me dijo mientras atrávesábamos el patio rumbo a la puerta principal del templo. Este templo era conocido como "Club social y templo místico El Tigre y el Dragón" y se encontraba a unos doscientos metros por debajo de la cima de la montaña Krah-o-Chin, localizada en el Taiger, región del Jiden, lindera con el Drah-Gon, les doy todos estos detalles como para que se ubiquen. El Baghd-Bhe-Kyu era una construcción menor que se encontraba prácticamente en la cima y oficiaba de centro de meditación. Edificada austeramente y equipada con lo extrictamente necesario, se dividía en dos recintos. Uno pequeño, de apróximadamente cinco por cinco metros con un brasero en el medio, lo cual lo hacía ideal para meditaciones en grupos reducidos y campeonatos de mikado, mientras que el otro recinto, mucho mayor en tamaño y con su enorme brasero central era el indicado para la chorizada semanal de despedida a quienes dejaban el templo.
"El amanecer será lento debido a las nubes, el aprendizaje será duradero Pada Wan" dijo y tosió inmediatamente, como confirmando que efectivamente el cielo nublado haría la mañana mas fría y oscura de lo usual. Ya no me preocupaba demasiado por entender todas y cada una de sus palabras, mucho menos darle importancia a los distintos nombres que me adjudicaba, todos ellos sacados de películas o series de karate, excepto cuando me llamó Daniel San y le aclaré que no me llamaba Daniel y el me dijo que tampoco era el Señor Miyagi pero que igual íbamos a hacer la grulla. Al horno y con papas quedó muy sabroso el ave. Estábamos ahora saliendo del templo e iniciado el ascenso. Apreté un poco mas la toga a la altura de mi pecho con una mano ya que el viento era fuerte. Todos teníamos una toga única y propia que recibíamos el día de nuestra llegada y era el único abrigo permitido. Los maestros poseían las suyas en un color más oscuro y por lo que hoy comprobaba Zen tenía mas de una, pues la que tenía puesta lucía bordado en la espalda, un tigre jugando a la rayuela que no había visto antes.
"Es asombroso como nuestro cuerpo es capaz de recordar el camino al hogar, aún cuando nuestra mente se obnubile por la presencia de un desinhibidor" recitó haciendo referencia a cómo todos habíamos hecho el mismo camino pero a la inversa la noche anterior a pesar de la borrachera generalizada. Cuando yo me retiré, el maestro seguía en la fiesta. Hombre de gran temple el maestro Zen. En la víspera habíamos despedido a un grupo de italianos que habían culminado su mes de retiro espirtual y también despedimos a un grupo de quinceañeras argentinas que tenían plata de sobra y parece que Bariloche les quedaba chico. Incluso armamos un muñeco grandote de nieve con dos chinchulines haciendo de ojos y una morcilla salada de nariz, le pusimos una toga y todo.
"Entremos y pongámonos cómodos"; luego de diez minutos de marcha, habíamos llegado al Baghd-Bhe-Kyu. Entramos a la sala pequeña donde el siempre encendido braserito central nos esperaba tibiamente, invitándonos a quitarnos la toga. Así lo hizo Zen y yo le seguí, al momento de colgarla descubrí que había una tercera toga colgada en el perchero de la pared, relativamente cerca del brasero, aunque parecía no haber nadie mas allí.
"Hoy comprenderás lo que es el arte, pero para que ello sea realmente fructífero deberas preparar tu mente." A lo que pregunté: "¿debo hacer el paro de manos? ¿poner la mente en blanco? ¿recitar Satisfaction de los Rolling en monotono acaso?"
"Nada de eso. Aunque veo que has estado repasando responsablemnte las técnicas de meditación."
"Bastará con que cierres los ojos y me escuches atentamente."
Así lo hice y entonces el maestro comenzó:

"Difícil es abstraer la obra de un ser humano de sus creadores. No porque esta no adquiera una identidad propia, sino porque inevitablemente detrás de toda gran creación hay costos." Mientras hablaba caminaba alredor mío.
"Podríamos incluso aseverar que para crear, debemos previamente destruir. Aquello de la tortilla y el huevo. La Muralla China y las miles de vidas que terminaron entre sus rocas. En todo caso aquel que va a crear algo no debe considerarse una especie de Dios, que podrá crear algo de la nada, pues todo lo que hacemos es transformar, poner aquí, quitando de allá. Todo tiene un costo." Hizo un pequeño silencio dramático y aprovechó para toser suavemente.
"Piensa ahora en el muñeco de nieve que hicieron anoche. Los dos chinchulines y la morcilla que usaron para el rostro son comida que alguien no ingirió." En ese momento se me hizo un pequeño nudo en el estómago pues tenía razón.
"Piensa ahora en la toga que usaron para el muñeco. Esa toga se mojó con la nieve y tuvo que quedarse aquí junto al brasero toda la noche para secarse." En ese momento me corrió un frío por todo el cuerpo.
"¡Esa toga era la mía!" Dijo y empujándome a través de la puerta abierta me hizo comprender lo profundo de la enseñanza y como uno cuando escucha no oye la letra "H".
"Ahora tendrás que volverte al templo caminando y sin toga como tuve que hacerlo anoche."
"¡Hoy comprenderás lo que es helarte!"

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domingo, agosto 28, 2005

Arte Intermedio

Muchos docentes de literatura, música o arte en general suelen usar como disparador la siguiente pregunta: ¿Qué función cumple el arte? Las respuestas siempre son variadas, muchas disparatadas otras serias, profundas, vanales, certeras y de todos los colores. Pero muy pocas veces se dá, una de las respuestas mas básicas e importantes, una de las funciones del arte, no es otra que: levantar minas.
Me atajo antes que disparen. No estoy diciendo que esta función esté implícita en todas las obras de arte, sería una generalización muy estúpida ya que le estaría quitando méritos por ejemplo a algún boludo que escribió alguna sinfonía cargada de bronca sólo para descargarse por haber perdido el oído. O estaría generalizando machistamente, convirtiendo en lesbianas a todas las artistas mujeres; imagínense que todos los contoneos y toqueteos corporales que hace Cristina Aguilera en sus videos los hiciera pensando en otra mina?
...
...
...
eeeeehhh...
...
ah sí, el arte,
no entiendo en que punto pude asociar Cristina Aguilera con arte. En fin, estábamos en que no puedo generalizar, ni tampoco decir que a las mujeres les pasa lo mismo, ya ellas podrán acotar al respecto. La cosa es que muchas veces, muuuuuuchas veces, el motor de una obra de arte realizada por un hombre es levantarse una mina. Ya Alejandro Dolina ha hecho referencia a esto innumerables veces, si, efectivamente estoy choreando abundante del señor ese.
Es así que propongo una nueva categoría para clasificar una obra de arte. Arte intermedio me resulta apropiado, pues hay otra motivación mas allá de la netamente artística, y si bien no me animo a decir que la hace valer menos, definitivamente es menos pura en su motivación. Lo cual le otorga una dimensión extra a la obra. Quiero decir, por ejemplo: El tema "Para Elisa" de Beethoven es una de las obras de música clásica (aunque en realidad pertenece al romanticismo) mas conocidas del mundo. Ahora, si yo hubiese sido el Beethoven ese y la Elisa estuviese buena, te aseguro que preferiría habérmela levantado y que nadie más conociera el tema, en lugar de que me dijera "lindo tema, seamos amigos" y que este pasara a ser el embole clásico de todas las esperas teléfonicas del planeta.
En este momento alguna persona va a saltar arguyendo: "Pero siempre hay alguna motivación consciente o inconsciente que dispara el arte, esa necesidad de expresión no es extraño entonces que se encuentre vinculada a una fuente afectiva. Usted no está diciendo nada nuevo."
Es entonces donde contesto: "...mmmm...bueno...primero que nada le agradezco que me trate de Usted, el respeto ante todo...segundo, sí estoy diciendo algo nuevo pedazo de salame!" No me estoy refiriendo por ejemplo a ese tipo que está obsesionado con esa mujer, que le ronda la cabeza todo el tiempo y en un momento se encuentra en el baño, le viene la inspiración, tirá la Condorito a un lado, agarra la guitarra (que ocasionalmente estaba sobre el bidet) y se manda salada balada tipo Michelle de Paul Mc Cartney. Las situaciones a las que me refiero son aquellas donde el arte no es un fin en sí mismo sino un mero medio, el sujeto se dice a sí mismo, "a ver, a ver, vamo´ a hacer una baladita para que a la nami esta se le caigan las medias". ¡Y es válido señores! Y me contradigo con lo que sostuve mas arriba. No es una motivación menos menos pura. Es arte explícitamente inspirado por una mujer. Es arte inspirado por el arte.


¿Cómo estuve? ? ¿No me digan que no me voy a ganar alguna con esto?

Ahh, para los que les pareció muy ridículo lo de la guitarra en el baño les cuento que Lennon y Mc Cartney componían mucho en el baño. Cuestiones de acústica, las canciones sonaban mas lindas.

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